viernes, 1 de octubre de 2010

A tí

Tengo una hermana de sangre pero un hermano de corazón. Aquel amigo incondicional que está conmigo ya hace varios años en mis alegrías y tristezas, esa luz en la distancia, el reposo de mis ansias. Aquel hermano que siempre me da la mano sin esperar nada a cambio. Es mi amigo, mi hermano, parte de mi familia y de todo lo que me rodea. Es el que calma mis turbulencias, el que siempre me tiene paciencia.

Lo conocí cuando el verano ya iba a llegar a su fin, Marzo del 2005 para ser exactos. Yo venía de tener un paso frustrado en la carrera de Administración de la misma universidad, estuve cerca de año y medio intentando sobrellevar la carrera aunque yo siempre supe que quería estudiar Comunicaciones.

Por cosas del destino y sin haberlo planeado me fui a Miami por un mes con mi familia, y es ahí cuando mi madre me da la posibilidad de retirarme de la carrera y postular a Ciencias de la Comunicación.

Ahí me di cuenta que el camino siempre está escrito, porque Dios, el destino y la vida me pusieron en el lugar indicado, en el año oportuno y en el salón correcto. Aquel salón donde sin imaginar iba a encontrar a mi confidente, a la persona que sería participe y cómplice de tantos logros.

Eres tu el que no solo aplaudió mi éxito sino que cuando falle me mostraste mis errores y borraste mis temores porque eres amigo y el nombre no te queda grande.

Espero nunca perderte. Espero siempre tenerte hasta el fin de mis días porque la vida me regalo tu compañía y eso lo valoro como no tienes idea.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

No acepto

Una noche lluviosa de aquel mes de Febrero y con el cielo totalmente despejado me dieron un No como respuesta, quebrando así todas mis esperanzas que hasta en ese momento estaban latentes.

Era mi primera decepción amorosa cuando recién bordeaba los dieciséis, cuando el corazón todavía no se sentía fracturado ni mucho menos rechazado por una persona que yo creía que me daría un Si con la sonrisa dibujada en los labios.

Si nos ponemos analizar la situación, es una simple palabra de negación conformado por dos letras pero que deja huellas (profundas) y en mi caso secuelas con el correr de los años.

Ha ella yo la amaba, es más, no he podido sacarla de mi mente hasta el día de hoy, porque fue mi primer amor (no correspondido, claro está) y eso nunca se olvida.

Alexandra tenía el rostro esplendido, una mirada que transmitía dulzura y un carisma acompañado con sencillez que provoco que perdiera la cabeza por ella. A mis casi dieciséis el perder la cabeza (por aquellos años) no te hacia realizar las cosas que de repente a mis veinticuatro haría.

Era ese perder la cabeza de “niños” buscando una excusa perfecta para pasarla bien, de concederle cosas que para mí era un privilegio hacerlo y que sencillamente no costaban nada (casi nada) o simplemente ir a buscarla en aquel edificio de color crema para caminar por aquella calle 9 de Monterrico que tantas veces fueron cómplices de nuestras aventuras.

Pero cuando ya habían pasado dos años de tratarnos y la amistad estaba consolidada di el siguiente paso, del cuál (y a pesar de todo) nunca me arrepentiré porque pude sacarme aquella duda que convivía conmigo a tan temprana edad y simplemente porque gracias a ello conocí otra virtud que me era ajeno a ella, su sinceridad.

Desde aquel cielo de Febrero, del año 2002, hasta el cielo radiante de hoy que me inspira a escribir estas líneas, no la he vuelto a ver. Solo efímeras conversaciones por Messenger hasta actualizaciones en su facebook me acercan a ella tan fríamente.

Desde aquel episodio amoroso en mi vida no me he vuelto a enamorar con tal intensidad, no he tenido relaciones duraderas (casi nada) en el trascurrir de los años, ni mucho menos perdí la cabeza por alguien, pues todo lo contrario, me acostumbre a mi soledad, a mi entorno y a preocuparme por cosas o personas que realmente me necesitaban.

Porque como dije en un principio esa palabra tan simple como compleja deja secuelas y yo fui victima de ello.

viernes, 3 de septiembre de 2010

El viaje de copperpot

En el 2001 cuando Alejandro Toledo era presidente del Perú y Estados Unidos lloraba la caída de sus torres gemelas, a mis oídos llegaba “la playa “, canción con la cual supe de la existencia de un grupo proveniente de San Sebastián.

Solo sabía que eran españoles, pues solo bastaba con escuchar algún estribillo para darse cuenta. Después me di con la sorpresa que en su haber tenían un primer disco sacado a fines de los 90´s titulado “dile al sol” y que su segundo material discográfico contaba con un primer sencillo. Cuídate, esa canción que no dude en escuchar y que terminaría por simpatizar con el quinteto español.

En aquellas épocas mi vida transcurría entre arboles, videojuegos y caminatas nocturnas por las calles de Monterrico. En aquellos años ya era un fanático de la música pero no tenía ningún grupo o cantante en especial el cual me motivara a gastar dinero para adquirir todo lo que lanzaban al mercado. Hasta que llego (por casualidad) la música de la oreja de van gogh, más puntual, el disco de El Viaje de Copperpot.

Aquel disco que salió en setiembre del 2000 fue a mi gusto el mejor que haya sacado la oreja en toda su trayectoria y no lo digo yo solamente, sino que eso se vio reflejado en los innumerables discos de oro y platino que alcanzo. Dicho material discográfico hizo que Latinoamérica y Centroamérica (donde todavía no eran tan conocidos) se pongan a sus pies. La oreja había hecho historia y yo me había sumado a los miles de fanáticos que tenían en el mundo.

De ese segundo CD del grupo se desprendieron 8 temas que fueron éxitos en las radios. En el 2002 y a la gran acogida que tuvo el disco en Perú, el quinteto pisaría suelo limeño en Febrero de aquel año.

La oreja de van gogh volvió al país por segunda vez en el 2006, saco otros discos, nuevas canciones, pero ninguno como aquella joya de copperpot del cual hizo que el grupo este en boca de todos.

Pero los tiempos han cambiado y ya no creo que saque un disco tan perfecto como el viaje, tan bien trabajado y con unas letras tan profundas, porque van gogh se quedo sin oreja y la oreja se quedo sin Amaia.

jueves, 26 de agosto de 2010

Te llamaba la llama

Hace frio y en invierno la melancolía aumenta considerablemente. Acaba de pasar hace menos de un mes las fiestas patrias y por un año más la llama no se hizo presente y dejo ese sabor amargo en la mayoría de limeños de no poder asistir a una feria donde todas las edades eran beneficiadas.

Como olvidar aquellos reclames y paneles publicitarios que te invitaban a ser parte de una fiesta familiar con el slogan “te llama la llama”. Eran esas épocas donde todos los peruanos iban a caminar por el stand del recinto entre olores de chocolates y algodón.

Comprar algo en la feria del hogar era sinónimo de status en esa época, la época de los 90´s, la época donde la llama te deleitaba con los innumerables juegos mecánicos, el famoso recrea donde todo adulto se convertía en niño , los espejos mágicos, las aventuras en el amazonas, planeta ciencia, entre otros.

Pero sin duda la atracción que extasiaba a la juventud de aquel entonces era “El gran estelar”, por donde desfilaron los más destacados artistas de la época. Mana fue el primer grupo en el 93 que logro abarrotar el local a tal punto de que se cerraron las puertas para impedir el acceso de mas personas que se quedaron con las ganas de presenciar el espectáculo.

Shakira trajo consigo su disco pies descalzos y con ello hizo bailar a toda lima en el año 96 – cuando todavía no sabía mover bien las caderas y usaba el cabello negro –

Pero sin duda algo que hizo que la feria quedara en coma fue aquel año (1997 si mal no recuerdo) cuando dos hermanos venezolanos arribaron a Perú para ofrecer un concierto donde la tragedia se impuso ante todo. Yo ese día fui a pasearme por los pasillos del local y pude presenciar las miles de fanáticas que se habían quedado a dormir la noche anterior a las afueras de la av. la marina, sin imaginarme que a muchas de ellas yo las vería por última vez.

Después de ese episodio tan penoso la feria ya no sería la de años atrás. A pesar de que venían artistas de talla internacional, el gran estelar ya tenía limitaciones y se empezaron a crear las zonas como vip y general, cuando antes no era así y el privilegiado era el que llegaba primero.

La llama entro en agonía y en el 2003 fue la última vez que abrió sus puertas para deleite de todos. En el 2004 la llama fallecería y se iría ingratamente de sus fieles seguidores sin despedirse, sin anunciar su retiro con anticipación para que por lo menos podamos asimilarlo.

Ahora aquella avenida la marina está invadida por Sodimac, Totus y restaurantes. Te fuiste y solo me queda resignarme y el consuelo de que cada año asistí a verte sin excepción alguna y así como asimile el fallecimiento del famoso rancho, años atrás también admití que tenias que dar un paso al costado.

Gracias por hacer de cada mes de julio una experiencia inolvidable, por compartir con cada peruano tus pertenencias y sobre todo por crear un lugar donde la unión familiar asaltaba el lugar.

Gracias a tu feria, a la feria del hogar.