jueves, 25 de marzo de 2010

Viernes tradición

El alcohol tiene ciertas bondades y beneficios que no los cambiaría por nada, alcohol es sinónimo y motivo para poder reunirte con un grupo de amigos, hablar de todos los temas posibles, fortalecer amistades e iniciar nuevas también.

Hace ya algunos años (tres para ser exactos) un grupo de amigos decidimos juntarnos un viernes cualquiera del mes de enero para tomarnos unos tragos y conversar, sin imaginarnos que ese sería el inicio de reuniones que hasta ahora siguen vigentes.

Desde ese día venimos reuniéndonos todos los viernes con mínimas interrupciones, pues ha habido fines de semana que por ciertos motivos la reunión se postergo, pero fueron pocas, casi nada.

Cada encuentro que tenemos las paredes son testigos de cada historia, anécdota o carcajada que se pueda suscitar, es que si algo caracteriza a ese día es que se puede hablar de todo sin ninguna restricción ni censura, de política podemos pasar a odiseas de la semana, como de futbol nos podemos trasladar a comentar sobre cultura general o coyuntura nacional. De acuerdo a como se den las cosas.

En todos estos años se han ido sumando personas que con el tiempo y gracias a esos fines de semana he ido conociendo mucho mejor.

No hay viernes sin todito, sin que terminemos peleando (no siempre, pero sucede), sin que se deje de decir alguna necedad o tontería ni mucho menos que nos retiremos sin fumar hasta la última colilla de cigarro o tomar el último sorbo de ron, vino, cerveza o cualquier bebida alcohólica que se haga presente ese día.

Mientras la noche avanza y el licor asalta nuestro cuerpo, se va alistando el ring para la primer round, para una batalla ya usual de cada viernes: Perú vs Chile. Nos sale lo crítico y político que llevamos dentro, cada persona intenta dar su estocada final con argumentos, historias y fechas para vencer al enemigo y ganarle por K.O. En esos casos el enemigo siempre termino siendo yo, porque a decir verdad tengo un respeto y admiración hacia los chilenos y por ello siempre termino atacado.

Convaleciente y sin todavía lograr vencerme empieza el segundo round: Fujimori vs Alan. En este round siempre suelo tener aliados porque algunos si comparten mi idea (o la idea) de que ese gobierno trajo cosas buenas. Entonces empieza una batalla más competitiva, más pareja, sin muchas desventajas.

Son luchas e intercambio de palabras interminables que al final se confraternizan en un fuerte y caluroso abrazo, donde al concluir esa riña nadie sale perdiendo, más bien diría yo, uno sale aprendiendo, porque al final y al cabo cuando uno emite una conclusión, una premisa o manifestación la otra persona aprende de ello.

Mañana será otra reunión, mañana nos volveremos a ver para hablar de muchas cosas y cuando se haya terminado la última gota de ron ( u otra bebida alcohólica) y consumido el ultimo cigarro cada uno volverá a sus casas para seguir con la rutina que a cada quien le toque vivir o haya elegido seguir y con la esperanza e ilusión de volvernos a reencontrar la semana entrante o hasta que Dios lo permita.